He tenido la oportunidad de estar en Ciudad de México un par de veces, por asuntos de trabajo y me parece que es el punto de encuentro con una cultura que se desarrollo a la par de muchas historias e imperios de la antigua Europa.
El DF como le dicen, a pesar de ser una de las ciudades más congestionadas y contaminadas del mundo, posee un encanto que se queda por siempre. Su gente es amable, arraigada a sus tradiciones, su comida exquisita y sus reliquias históricas me hacen transportar en el tiempo y en me consciencia queda claro que toda historia tiene dos lados y que aunque fuimos conquistados, también teníamos lo nuestro en américa.
Gracias México por tu acojida y a pesar de tu tamaño, no me sentí como una aguja en un pajar.
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