lunes, 21 de agosto de 2023

Somos libres y no lo sabemos

 Nada más temporal que la vida. Basta con  nacer, para saber que lo único que tenemos fijo es la muerte. Por vitales que nos sintamos hoy no hay garantía y yo diría es casi seguro que no siempre será así. La batalla con los años  es una lucha inútl que  de antemano está  perdida y que sólo la sobervia y la prepotencia del ser humano no hace creer que todo depende de nostros.

Somos pasajeros en tránsito y  deberíamos disfrutar cada momento de ese viaje que se llama vida, sin esperar o exigir nada a cambio. Tristemente nos empeñamos en luchar por mantenernos en el pasado, añorando días que no volveran o preocupados los días que aún no llegan  y que  quizás no llegarán, porque son sólo producto de nuestra imaginación,  qué se las arregla para crear guiones que nos mantengan preocupados, bajo el seudónimo de sentido de responsabilidad, como si el hecho de vivir tristes y estresados fuera el antidoto  para vivir tranquilos,  cuando paradójicamente  son la tristeza, el estrés y el miedo si los adoptamos como compañeros de viaje, los que nos enfereman  no sólo física sino mentalmente.

Nunca  nadie se imagino que fuera tan difícil disfrutar la vida, porque  erroneamente nos enseñaron que el tener, era sinónimo de la felicidad y el no tener es un fracaso en un mundo donde los seres humanos nos empeñamos  en vivir un libreto creado por alguien diferente a nuestro Creador, y alimentado por la sociedad de consumo donde todos queremos sobre salir y ser reconocidos así sea que sólo tengamos nuestro minuto de fama, sin importar su costo. En otras palabras, necesitamos la aprobación de los demás para vivir, encajar. y "ser felices"

Asi qué...

Hoy; me declaro en rebeldía, quiero ser libre para vivir y disfrutar cada trayecto de este viaje de la vida, aceptándo  a todos como son y no pretendiendo cambiar a nadie como condición para ser  amigo. Aceptando también los años y las limitaciones que con ellos vienen, sin pelear con las canas ni las arrugas y mucho menos aparentar para agradar a los demás.

Quiero también; que mi equipaje sea  cada vez más ligero.  Entre menos cosas tenga para cargar, tendré menos por qué preocuparme y hacer vivir menos duelos por la pérdida de las cosas materiales.

No le quiero poner fecha de caducidad a la felicidad, ni que dependa del modelo de mi carro, o del cupo de mi tarjeta de crédito. Quiero ser feliz simplemente por el hecho de respirar y dejarme  sorprender de lo que cada día me quiere regalar, siendo consciente que es sólo por hoy y que el mañana no depende de mi, pero que la decisión de ser feliz hoy  es sólo mía.



En memoria de mi amigo Luis Guillermo Gómez quien ya goza de su libertad eterna. "Luisgui, gracias por tu ejemplo"






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